jueves, 24 de enero de 2008

SEÑOR... Y YO QUEJANDOME !

Quisiera escribir lineas y lineas para introducir esta información de la agencia AP, pero la impotencia solo me permite llorar y saber que hay personas que tienen menos que yo. Justo al lado de nuestro país, los haitianos al llegar cada día se enfrentan a su propia lucha y yo me pregunto PORQUE ? que daño tan grande han hecho ellos para que sus gobernantes lo hundan cada día mas.

Suelo pensar que estoy mal porque siempre deseo cambiar mi situación para bien, pero noticias como estas me hacen reflexionar y ser cada vez mas humano, los haitianos son mis hermanos de sangre y territorio, solo que los hombres se encargaron de destruir lo poco que tenían y sin embargo cada día luchan por sobrevivir.

Lo peor de todo este drama es que en HAITI existen personas que viven muy pero muy bien, a costa de los infelices, algún día sera.


CLAVE DIGITAL

LAS CARENCIAS OBLIGAN A POBRES HAITIANOS A COMER TIERRA

PUERTO PRINCIPE, HAITI (AP). Es hora del almuerzo en uno de los asentamientos más miserables de Haití y Charlene Dumas está comiendo lodo. Como los precios de los alimentos están a la alza en todo el mundo, muchas de las personas más pobres del mundo no se pueden dar el lujo de comer siquiera un plato de arroz al día. Así que adoptan medidas desesperadas para alimentarse.

Charlene, una madre soltera de 16 años con un hijo de un mes de nacido, ha comenzado a utilizar el remedio tradicional haitiano para saciar su hambre: cocer galletas hechas con tierra seca y amarillenta de la meseta central del país.

El lodo ha sido muy apreciado desde hace mucho por las mujeres embarazadas y por los niños de este país como fuente de calcio y antiácidos. Sin embargo, en lugares como la villa miserable de Cite Soleil, ubicada junto al mar, donde Charlene comparte una casa de dos habitaciones con su hijo, cinco hermanos y dos padres desempleados, las galletas confeccionadas con tierra, sal y aceite vegetal se han convertido en una fuente regular de sustento.

"Cuando mi madre no cocina nada, tengo que comerlas tres veces al día", comenta Charlene. Su pequeño hijo Wilson, recostado en su regazo, lucía más delgado que los 2,8 kilos que pesó el día que nació el mes pasado.

Pese a que le agrada el sabor salado y grasoso de las galletas, Charlene indicó que éstas también le producen dolores estomacales. "Cuando amamanto, el bebé a veces también tiene cólicos", agregó.

La Agencia Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas está cada vez más preocupada por los precios de los alimentos, que se han incrementado notablemente debido a una serie de factores.


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